Niñez y Sueño

Foto_Fonoinfancia_1Bárbara Veloso Castro, psicóloga, profesional del Programa Fonoinfancia, de Fundación Integra.

El sueño de niñas y niños no sólo es indispensable para su desarrollo y bienestar, sino que también es un aspecto del desarrollo por el que madres, padres y cuidadores suelen presentar bastantes dudas. Cuando hablamos del sueño surgen ideas, expectativas, juicios e impresiones que, probablemente, tienen más que ver con nuestras necesidades y experiencias adultas, que con las características particulares del desarrollo de niñas y niños, y sus singularidades personales.

Por eso parece importante que las y los adultos relacionados directamente con la crianza de niñas y niños, puedan entender cómo el proceso evolutivo del sueño cursa en la niñez, ya que podría ser de ayuda a la hora de ajustar expectativas, matizar frustraciones y acompañar de manera sensible y pertinente con sus etapas del desarrollo y necesidades particulares.

¿Qué es posible entonces esperar del sueño de niñas y niños?

Lo primero, y más importante, cambios. No todas las niñas y niños duermen igual e incluso es esperable encontrar variaciones en el sueño dentro de su crecimiento. Y es que cuando hablamos de desarrollo, resulta complejo pensar en uniformidad y estandarización, ya que hacerlo podría llevar a comparaciones o expectativas poco realistas que tienden a abrumar y frustrar a adultas y adultos.

Si bien acompañar a niñas y niños en la maduración del sueño puede ser en ocasiones muy agotador para quienes cuidan, buscar “soluciones” para algo que no es un “problema” podría agregar aún más dificultad. La niñez es el periodo de la vida en el que probablemente el ser humano experimenta más y rápidos cambios. El cuerpo crece y cambia a gran velocidad, se desarrollan nuevas habilidades y aprendizajes –que tienen que ver con la maduración y las características particulares de cada niña, niño y sus familias– que van dando forma a estructuras y sistemas que están desarrollándose y consolidándose.

¿Qué tipo de cambios es esperable encontrar?

Podemos encontrar cambios, tanto en la cantidad de sueño que requiere una niña o niño para lograr un buen descanso, como en cómo se distribuye ese sueño durante 24 horas y en las características de éste: cuánto tarda en conciliarse o los apoyos que requiere para ello.

En términos generales, se espera que en la medida que niñas y niños van creciendo, se reduzcan las horas necesarias de sueño para lograr un buen descanso, el sueño se distribuya de manera cada vez más concentrada en las noches y menos en el día (las siestas van disminuyendo) y, por último, que los apoyos que se requiere para conciliar el sueño, ya sea al inicio o a lo largo de la noche (despertares nocturnos), vayan reduciéndose en la medida en que niñas y niños van ganando mayor seguridad, autonomía y capacidad de autorregulación.

Es clave señalar que estos cambios, si bien se van dando de manera progresiva, no necesariamente lo hacen de forma lineal. Eso quiere decir, por ejemplo, que una niña o niño que ya había comenzado a dormir varias horas de forma continua, puede volver a despertarse de manera frecuente y/o necesitar apoyo para volver a conciliar el sueño. Una niña o niño que había comenzado a prescindir de siestas podría volver a requerirlas de manera ocasional, sin que eso signifique un “retroceso” en su desarrollo.

Así mismo, hay que recordar que el sueño es un área del desarrollo particularmente sensible, esto quiere decir que puede ser influida por múltiples factores, por ejemplo, condiciones de salud y alimentación, características del contexto en el cual se habita, crisis esperadas dentro del ciclo vital, como lo podría ser el proceso de control de esfínter o el nacimiento de un hermano, o también las llamadas “crisis emergentes” (un duelo o algún cambio imprevisto en el entorno inmediato).

Esto implica, entre otras cosas, que los cambios que va experimentando el sueño a lo largo de la niñez –y posiblemente a lo largo de toda la vida– no solo dan cuenta del desarrollo de niñas y niños, sino que también de sus necesidades particulares en cada momento del ciclo vital.

¿Cuándo es necesario pedir ayuda profesional?

Cuando se identifiquen cambios en el sueño que impidan el buen descanso, o bien cuando esos cambios se presenten de manera brusca, persistente y/o generen malestar, es importante pedir ayuda especializada que permita identificar lo que está ocurriendo y disponer de los apoyos necesarios para garantizar el buen descanso y bienestar integral de niñas y niños.

Como muchos otros aspectos en la vida de niñas y niños, dormir es un proceso madurativo que no es posible forzar o entrenar y que, por lo tanto, requiere de la paciencia, sensibilidad y disposición de adultas y adultos para identificar, acoger y acompañar los distintos momentos y necesidades, o pedir ayuda y generar los cambios convenientes para brindar apoyo que permita asegurar el descanso, la salud y bienestar emocional de toda la familia.

Si tienes dudas respecto al sueño y bienestar de niñas y niños, puedes contactarte a Fonoinfancia de lunes a viernes de 8:30 a 19:00 horas. Llamando al 800 200 818 o ingresando a www.fonoinfancia.cl. Un equipo de psicólogas y psicólogos expertos en crianza, niñez y familias está disponible para acompañarte.

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