Cambio climático y su impacto en el ecosistema marino

Cambio climático y su impacto en el ecosistema marino

Doctor en Oceanografía Biológica de la Universidad de Antofagasta, anticipó que la llegada del ciclo de “El Niño” continuará aumentando la posibilidad de lluvias para el sur del país, mientras que en el norte la situación es distinta.

En medio de un proceso global de cambio, es evidente que la temperatura del sistema en general, incluyendo los océanos, ha experimentado variaciones y aumentos a lo largo de la historia registrada. Estos cambios se han vuelto más pronunciados con el desarrollo de la industria y la consiguiente liberación de gases de efecto invernadero, lo que indica claramente un efecto antropogénico en el calentamiento global.

Así lo afirmó el doctor en Oceanografía Biológica y académico de la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicas de la Universidad de Antofagasta, Dr. Marcelo Oliva Moreno, quien nos detalló estos efectos que han producido cambios en el ecosistema marino y el impacto en el clima de nuestro planeta, especialmente en Chile.

“Es importante reconocer que existen procesos naturales de distintas intensidades a lo largo del tiempo, que incluyen ciclos diarios, mensuales, anuales, decadales y ciclos de cien o más años. En este momento, no se puede descartar que estemos presenciando un proceso cíclico natural, pero en estas circunstancias, dicho proceso estaría influenciado por la acción humana y se vería potenciado debido a la generación de gases de efecto invernadero, lo que repercute en el aumento de la temperatura global”, expresó.

El investigador agregó que “los cambios ambientales han ocurrido siempre, pero en la actualidad contamos con mayor información y una perspectiva más amplia para observar esas variaciones, así como una mayor capacidad para detectarlos y asociarlos con otros procesos. Un ejemplo de esto es nuestra comprensión actual de diversos virus que antes desconocíamos, como la gripe aviar y la peste negra, entre otros. Del mismo modo, hemos adquirido un mayor conocimiento que nos permite identificar y comprender mejor los cambios climáticos”, precisó.

Respecto de las condiciones actuales del clima mundial, Oliva destaca que “nos encontramos en un momento cercano a un calentamiento significativo, el cual tendrá efectos en el clima. Es importante tener en cuenta que el globo, las masas de aire y los océanos están interconectados. Si observamos el cielo detenidamente, veremos una aparente heterogeneidad, pero si prestamos atención, notaremos que las nubes se desplazan en la misma dirección debido a los chorros de viento, los cuales generan cambios, incluyendo el ciclo denominado de “El Niño”.

Efectos de “El Niño y “La Niña”

Sobre la ocurrencia de los efectos de “El Niño y la Niña”, Oliva explicó que “el ciclo de ENOS (El Niño-Oscilación Sur), tiene dos fases: una cálida, conocida como “El Niño”, y una fría, llamada “La Niña”. También existe una fase de transición entre ambas. Estos procesos son parte de un ciclo global, comandado por teleconexiones y cambios de temperatura y presión que afectan al mar. “El Niño” y “La Niña”, generan diferentes efectos en distintas zonas debido a la complejidad del sistema interconectado”.

“El ciclo de “El Niño”, ocurre debido a un desequilibrio en los centros de alta y baja presión en los océanos, el cual está influenciado, por ejemplo, por los vientos alisios que soplan desde el sur en nuestras costas. En condiciones normales, estos vientos y la rotación de la Tierra empujan las masas de agua superficiales hacia fuera, lo que provoca su reemplazo por aguas profundas más frías, ricas en nutrientes y con menor concentración de oxígeno, entre otros aspectos. Estos cambios en los centros de presión debilitan los vientos alisios, lo que a su vez arrastra las masas de aguas superficiales”.

El investigador añade que “esto provoca que cuando ocurre “El Niño”, se producen más lluvias en el sur de nuestro país, debido a un proceso teleconectado con diversos componentes. Sin embargo, es importante destacar que “El Niño” y “La Niña”, no tienen los mismos efectos en todas las zonas donde se produce el efecto. Las lluvias en el norte, por ejemplo, no son producto de “El Niño”, sino de otros procesos atmosféricos, como el desplazamiento de los frentes subtropicales durante el invierno, lo que denominamos Invierno Altiplánico.

El ciclo de “El Niño”, afecta a algunas especies que son recursos económicos importantes, como la anchoveta, esto debido al calentamiento de las masas de agua del océano. La anchoveta es un pez de agua fría que habita en la corriente de Humboldt, y cuando las aguas se calientan, la anchoveta se ve limitada en sus opciones, o se acerca a la costa, se sumerge a las profundidades o se va al sur.

Si bien algunos recursos se ven afectados negativamente, como lo que se vio con la anchoveta durante este verano, otras se benefician, apareciendo en la zona especies que son de aguas más tropicales, como los atunes, esto debido a los cambios en las temperaturas del agua.

La temperatura del agua tiene diversos efectos en el ecosistema marino. Los organismos están adaptados a su entorno y tienen diferentes niveles de tolerancia. Al aumentar la temperatura del agua, algunos organismos más sensibles se verán afectados, mientras que otros pueden adaptarse.

En este sentido, el calentamiento global en los océanos, causa cambios en las temperaturas, lo que a su vez puede tener consecuencias como la acidificación de los océanos. Esta acidificación reduce el pH del agua, lo que puede afectar la calcificación en la concha de los moluscos, debilitándolos o afectando su crecimiento.

Estos cambios están interrelacionados con otros factores, como los vientos en el sur del país, y pueden tener impactos en el desarrollo de las comunidades marinas. Los efectos específicos y la intensidad de dichos impactos aún no están completamente determinados.

Cabe destacar que el ciclo de “El Niño”, ya está presente en Chile, y en América se monitorea a través de cinco observatorios, 3 oceánicos y 2 costeros (1 costero frente a Perú), así se puede observar en los informes del Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada de Chile (SHOA) y de la National Oceanic and Atmospheric Administration de Estados Unidos (NOAA). En estos informes se pueden ver los colores asociados a las temperaturas de las aguas del océano, donde “El Niño” se mide como el delta de temperatura sobre la media. Esta temperatura es cuanto se aparta de un promedio histórico.

Otra forma de identificar el ciclo de “EL Niño” es por el contenido de oxígeno y nutrientes en las aguas y la salinidad de sus masas, entre otros. Esto tipifica las masas de aguas, lo que se ve reflejado en sus corrientes, siendo un sistema dinámico que está en constante movimiento.

Registros históricos

En la Facultad de Ciencias del Mar y Recursos Biológicos de la Universidad de Antofagasta, hace algunos años atrás, hicimos un listado de los peces tropicales que logramos identificar en esta zona durante esa época. Los peces van siguiendo su ambiente. Y eso se ha dado por muchos años, de hecho, hay zonas de fósiles (de 100 a 400 metros de la línea de la costa) donde se pueden encontrar conchas de especies que no son propios de este región.

Asimismo, hay documentos históricos sobre todo de iglesias que dan cuenta de hechos climáticos potentes en regiones de todo el mundo, destacó el doctor Oliva.

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