El sector artesanal, sus artesanos y artesanas son el mejor ejemplo de resiliencia, autogestión y exploración de nuevos espacios de difusión y comercialización. Esta capacidad los ha mantenido vigentes y sobre todo en constante creación en este año difícil.
La artesanía es una de las actividades artísticas mayormente reconocida por la ciudadanía. Nuestro país cuenta con cultores artesanos y manifestaciones de calidad, conservando aún modos de vida ancestrales y expresiones de altísimo valor en los territorios rurales. En Chile se estima que hay alrededor de 7000 artesanos y artesanas (urbanos y rurales), según el Registro Nacional de Artesanías de MINCAP, Fundación Artesanías de Chile e INDAP.
Los oficios artesanales deben su importancia ya que permiten la elaboración de objetos o productos con herramientas y/o implementos rudimentarios, predominando la ejecución manual. Destacándose el dominio de la técnica y la transformación de las materias primas, así como la habilidad, compromiso, entendimiento y creatividad en la elaboración de productos pertenecientes a una determinada cultura material.
Indap a través de su programa SIPAN da reconocimiento a sistemas importantes dentro del patrimonio agrícola nacional, sistemas que están profundamente vinculados con las distintas expresiones culturales utilizadas por la artesanía ancestral de la región como la hecha en lana, madera, greda, etc. Es por ello que para la ocasión su directora María Loreto Pacasse les dedicó unas palabras en su día “quiero entregar un saludo muy importante a todos los artesanos de nuestra región de Antofagasta, quienes muestran la cultura atacameña presente en nuestra tierra y nos dan a conocer al mundo entero, un saludo para ellos.
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