Definen seis ejes clave para instaurar el primer Laboratorio Natural para la Agricultura en el Desierto

Desierto_1El programa se gesta desde la macrozona norte, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Corfo y las Secretarías Regionales Ministeriales de Agricultura de Antofagasta y Tarapacá.

Avanza la concreción del primer Laboratorio Natural para la Agricultura en el Desierto – Tarapacá y Antofagasta – a fin de potenciar el capital humano y diversificar la matriz productiva, a través de la tecnología e innovación. Actualmente se desarrolla la hoja de ruta – que ya contempla seis ejes clave –del programa que permitirá definir cuáles son las brechas y necesidades que esta iniciativa busca paliar con miras a convertir al Desierto de Atacama en un territorio especialista en agricultura en condiciones extremas.

La iniciativa impulsada desde la macrozona norte, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Corfo y las Secretarías Regionales Ministeriales de Agricultura de Antofagasta y Tarapacá busca desarrollar la agricultura del desierto en la macrozona Norte, para mejorar la calidad de vida de los agricultores y habitantes, por medio del aumento de la producción y desarrollo de tecnologías y conocimientos orientados a promover una agricultura anticipada a los efectos del cambio climático.

El director ejecutivo de FIA, Álvaro Eyzaguirre, indica que la agricultura chilena en el desierto se basa en cultivos hidropónicos; atrapanieblas para el regadío; desalinizadoras para el cultivo y la energía solar fotovoltaica en la producción agrícola. “Sin embargo, no es suficiente pues se requiere de un desarrollo integral con soluciones que ayuden a disminuir las brecha tecnológicas y competitivas – desde el origen – para aprovechar las oportunidades que presenta el territorio, a fin de agregar valor en forma sustentable. Para ello, FIA y Corfo impulsan la hoja de ruta gracias al trabajo conjunto entre los diferentes actores que componen el ecosistema del sector silvoagropecuario. En FIA confiamos que este proceso es la primera etapa de un camino que se debe sembrar entre todos, con miras hacia un sector que promete mucho en los próximos 15 y 25 años”, añade.

Por su parte, Luis Alberto Gaete, Director Regional de Corfo Antofagasta, manifestó que “impulsar una estrategia de largo plazo sobre la base de alianzas público-privada y objetivos comunes, es clave para avanzar en programas de diversificación productiva como éste, donde lo que buscamos es generar nuevas oportunidades de desarrollo económico y social, en base a productos alimentarios sustentables, nuevas inversiones, emprendimientos e innovaciones tecnológicas locales para consumo interno y mercados internacionales”.  

AVANCE

El proceso de planificación participativo es realizado por la consultora española INFYDE, experta en estrategias de especialización inteligente, con quienes se ha consensuado una visión, una misión y una hoja de ruta a través de una serie de talleres de trabajo y de entrevistas realizadas a más de 65 personas representantes de agricultores, centros académicos, emprendedores y actores públicos de estos territorios.

En esta primera etapa ya se han definido seis ejes necesarios de abordar desde la iniciativa. Se trata de coordinación, asociatividad y relaciones institucionales; Infraestructuras; productividad y tecnificación agrícola; capacitación y formación; comercialización y marketing; e Investigación, desarrollo, innovación y transferencia tecnológica.

En ese plano algunas de las líneas de acción – que se implementarán entre 1 y más de 6 años – para lograr los objetivos trazados, son establecer un banco de datos agrícola de la macrozona norte, dotar a las zonas rurales de energías renovables, fomentar la agricultura de precisión y bajo ambiente controlado, sumar escuelas agrícolas permanentes para agricultores, implementar programas de desarrollo nacional del turismo y gastronomía local y definir normas de manejo y tratamiento del agua.

El Laboratorio Natural para la Agricultura en el Desierto, que busca posicionar a las regiones como referencia para la agricultura en zonas áridas a nivel nacional e internacional, espera tener su primera meta al año 2030. Misma fecha en que Chile tiene el compromiso de cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las ciudades que conforman América Latina y el Caribe, plan de acción a favor de las personas y el planeta impulsado por la Asamblea General de la ONU.

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