Por Alicia Albornoz, directora social de Fundación Luz
El COVID-19 sin duda ha impactado profundamente a todas las personas de Chile y el mundo sin discriminación, sin embargo, las personas con discapacidad, independiente cual sea, se han visto más afectadas que el resto. Esto no sólo por su discapacidad, sino por las barreras de acceso que la pandemia ha generado: el derecho a la salud, al trabajo y a la educación, por mencionar algunas.
El impacto de esta pandemia es aún mayor en personas con discapacidad, ya que muchas veces, tienen otras enfermedades relacionadas aumentando el factor de riesgo. Además, por ejemplo, en el caso de las personas con discapacidad visual, al utilizar las manos se hacen más susceptibles de contraer la enfermedad, experimentando síntomas más severos. Adicional a esto, hemos visto cómo ha sido afectado el derecho al acceso a la salud por el hecho de que la información de prevención o protocolos de atención no son accesibles para todos, así como también el entorno, aumentando la desigualdad en el acceso.
Por otro lado, en cuanto al área laboral, la Ley de Inclusión vino a apoyar la incorporación de personas con discapacidad visual en el mundo del trabajo. Es un hecho que un porcentaje bajo de esta población tiene acceso a empleos formales, los cuales se han visto afectados ya sea porque sus empleadores se han acogido a la Ley de Protección al empleo, generando una disminución de sus ingresos o bien porque no tienen la tecnología adecuada para realizar teletrabajo. Ahora, las personas con discapacidad visual con empleos informales, como los vendedores ambulantes, cantantes callejeros, entre otros, se han visto más afectados ya que han perdido el 100% de sus ingresos. Esta disminución, sumado el costo de sus tratamientos producto de la discapacidad, afecta enormemente la capacidad de recuperación económica a corto, mediano y largo plazo, aumentando la probabilidad de caer bajo la línea de la pobreza.
Mientras que, a la hora de hablar sobre educación, los niños y jóvenes con discapacidad también han visto limitado este derecho producto de la pandemia. Todos los establecimientos educacionales han cerrado sus puertas y han instalado la educación virtual para continuar con la entrega de contenidos. Sin embargo, los estudiantes con discapacidad visual de todo Chile, también se han enfrentado con grandes barreras de acceso, debido a que la mayoría de los textos escolares y materiales publicados o entregados en forma virtual no son accesibles, sumándose a esto la conexión a internet, la falta de equipamiento, softwares adecuados y la poca experiencia en discapacidad visual por parte de los docentes.
Ahora bien, es importante no sólo quedarnos en los derechos que se han visto vulnerados, sino más bien es el momento de continuar trabajando para reforzar la participación de las PcD (personas con discapacidad) y las organizaciones que los representan en la toma de decisiones y en el diseño de estrategias de prevención. Sobre todo, pensando en que el próximo 1 de junio el Presidente Sebastián Piñera realizará la cuenta pública donde esperamos que se hagan anuncios, de mejoras inmediatas, que vayan en respuestas a las demandas que afectan a las personas con discapacidad en esta pandemia.
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