Por Chris Pefaur, nutricionista del Laboratorio Nutrapharm.
Vivimos en una era donde la información está al alcance de un clic, pero también lo están los mitos. En el mundo de la nutrición, abundan las creencias populares que, aunque suenen lógicas, muchas veces carecen de respaldo científico. Lo preocupante es que estas ideas no solo generan confusión, sino que pueden llevarnos a adoptar hábitos poco saludables.
Uno de los mitos más extendidos es que beber agua con limón en ayunas ayuda a eliminar grasa. La imagen es tentadora: un vaso de agua con limón derritiendo la grasa del cuerpo como si fuera magia. Sin embargo, la realidad es otra. La grasa no se elimina a través de la orina, sino que se oxida y se convierte en energía cuando el cuerpo la necesita. Y como si fuera poco, el consumo frecuente de limón puede dañar el esmalte dental. Si te gusta tomarlo, hazlo porque disfrutas su sabor, pero sin esperar resultados milagrosos.
Otro mito muy arraigado es que comer carbohidratos en la noche engorda más. ¿Cuántas veces hemos escuchado que la pasta o el pan deben evitarse después de cierta hora? La verdad es que el aumento de peso no depende de la hora en la que comemos, sino del balance calórico total. Mientras dormimos, el cuerpo sigue funcionando y gastando energía, así que no hay razón para temerle a un plato de arroz en la cena. Demonizar los carbohidratos solo genera ansiedad y promueve dietas restrictivas innecesarias.
Y, por supuesto, no podemos dejar fuera el famoso concepto de las dietas “detox”. Jugos verdes, ayunos extremos, batidos mágicos… todo en nombre de “limpiar el cuerpo”. Pero la realidad es que nuestro organismo ya cuenta con un sistema de desintoxicación natural: el hígado, los riñones, los pulmones y la piel trabajan día y noche para eliminar toxinas sin necesidad de estos métodos. Más que ayudar, muchas de estas dietas pueden generar deficiencias nutricionales y afectar el metabolismo. Es cosa de ver lo que pasa en la nueva serie de Netflix, Vinagre de Manzana. Seguir modas y tendencias sin fundamento, puede ser mortal.
Es hora de cambiar el enfoque y centrarnos en llevar una alimentación equilibrada, variada y sostenible. No existen alimentos buenos o malos por sí mismos, sino hábitos que pueden beneficiar o perjudicar nuestra salud a largo plazo. Cuestionar lo que damos por cierto y basar nuestras decisiones en evidencia científica es la mejor forma de cuidar nuestro bienestar. Después de todo, la nutrición no debería ser un cúmulo de reglas rígidas, sino una herramienta para sentirnos bien y vivir mejor.
Los sujetos sustrajeron 30 pares de zapatos de fútbol desde el estadio Calvo y Bascuñán.…
Una resolución de la Corte de Apelaciones de Talca determinó que sólo la Comisión de…
La Municipalidad de Antofagasta organizó una segunda “licenciatón” con el objetivo de entregar licencias de…
Con un 45% de mujeres en su operación, la minera ubicada en Sierra Gorda duplica…
En el Hotel Enjoy de Antofagasta, se llevó a cabo la Gira Entel Empresas N.°…
Con el objetivo de promover la asistencia regular y fortalecer la trayectoria educativa de niñas…